Aparte de retener bienes expoliados o adquiridos ilegalmente a Aragón, la Generalitat mantiene una provocación continua con el patrimonio sacro. Esa actitud se percibe una vez más con la cesión de obras desde el Museo Nacional de Arte de Cataluña al Museo de Lérida para que llene los huecos que ha dejado la devolución por orden judicial a Sijena de bienes mostrados en sus salas nobles. El mismo centro expositivo que retiene obras literalmente arrancadas del cenobio monegrino no tiene problemas para mandar a Lérida cualquier cosa pero sí para devolver las piezas a sus legítimos dueños. Una muestra más de la mezcla de nacionalismo excluyente y cultura cerril de la Generalitat durante décadas.