Los barcos por el Ebro son la gran asignatura pendiente de Zaragoza. Un año más --aún a falta de todo el mes de agosto-- hay más inconvenientes que cuestiones a favor y las pérdidas en el negocio ya son un hecho. Ayuntamiento y empresa concesionaria tienen que darle una buena pensada a esta cuestión. El turismo no llega a responder --una gran mayoría de viajeros son de Zaragoza-- y las características del río y del clima de la ciudad condicionan mucho la navegación. Para el año que viene habrá que darle más de una vuelta al tema.