El consejero que dijo que los cambios en la cúpula de Sanidad solo eran para darle un mayor impulso al área, anuncia ahora más medidas para ahorrar pero sin recortes. Será cosa de la crisis y del déficit. Pero ese anuncio da miedo. Por mucho que lo niegue Ricardo Oliván --su credibilidad deja mucho que desear-- el desfase tiene pinta de ser preludio de otro tijeretazo. Si nos atenemos a los datos nacionales que maneja el sector, Aragón ocupa el sexto lugar entre las 17 comunidades en cuanto a progresión privatizadora de la sanidad, por lo que, con Ángel Sanz de gerente del Salud, que ha recortado y privatizado a saco en Navarra, las perspectivas de la sanidad pública aragonesa no pueden ser buenas. Los aragoneses ya han notado con el Gobierno PP-PAR de Rudi que la sanidad funciona peor que antes. No es necesario ir más hacia atrás.