En alguna ocasión me he referido al impacto humano, y deslumbrante sensitivamente, de conocer Nepal, Katmandú, el valle del Kumbu, y poder desde encima del campo base, contemplar la espectacularidad de la belleza y fuerza "extrema" de la naturaleza, admirando la montaña más alta del planeta, el Everest. En las Navidades de 2004-2005.

Fueron algo más de dos semanas,con una excelente, excepcional compañía de sexagenarios, de ocupaciones, tareas y profesiones heterogéneas, pero unidos, en amistad, por el amor a la naturaleza y la montaña. Con el tercero de mis hijos, médico, como "acompañante sanitario" por si las condiciones extremas de la altura, el frío, y la falta de oxígeno, nos pasaban factura a nuestras edades. No fue el caso y resultó una experiencia de convivencia familiar y grupal irrepetible.

Llama la atención de Nepal y sus habitantes, tres hechos sobre los demás, determinantemente. La pobreza, la imagen de felicidad y calidez humana, bajo una espiritualidad simbólica y alegre, y la belleza de su país,con los valles y montañas más altas, y posiblemente más bellas del planeta.

Es uno de los países más pobres del mundo, por la falta de recursos naturales (salvo el turismo de alta montaña), y la triste conjunción de la falta de formación, instrucción y educación que han tenido secularmente, y a que las potencias "colonizadoras" decidieran no aportar recursos y tecnología e instrucción, que permitieran desarrollar material y estructuralmente este país, de singular belleza, pero con una agricultura mínima, de subsistencia, un comercio primitivo, y últimamente colonizado por las falsificaciones textiles y de artículos de lujo, procedentes de China, con una clientela reducida y constituida por turistas, que en su mayoría son montañeros.

Administrados por una monarquía feudal y corrupta, que dedica su precario ejército como policía de protección dictatorial y unas guerrillas "maoístas" implantadas en algunas de las zonas más visitadas del país,donde cobran, al pasar, sus aranceles.

Religión budista, impregnada de tolerancia, (Voltaire debió conocer este país antes de escribir su Tratado sobre la misma), y con una espiritualidad simbólica, que conlleva una percepción de felicidad antitética con los esquemas occidentales ligada al éxito y logro de bienes materiales.

Y sin duda unida a la contemplación de su entorno,la grandiosidad de sus valles, y como al ir ascendiendo a los tres mil, cuatro mil, y cinco mil metros, siempre estas rodeado de gigantes inaccesibles de seis mil primero, y luego siete mil y ocho mil metros de altitud con cumbres virginalmente nevadas.

Los dos recientes terremotos sufridos, además de las pérdidas humanas irreparables, y el posterior y presente riesgo de epidemias y enfermedades derivadas de la falta de agua potable, ausencia de estructuras sanitarias, y limitaciones básicas alimenticias, conllevan junto con la destrucción de ciudades, viviendas, sus precarias comunicaciones, y que sin duda por sus propios medios serán incapaces de resolver.

Y de reconstruir su país, medios y entorno.

USA, la UE, y China, han ayudado algo, y nuestro país ha destinado una exigua cantidad económica, 300.000 euros, junto con un despliegue muy mediático de unidades especializadas de la Guardia Civil, y de la Unidad Militar de Emergencias, que fueron con la exclusiva finalidad de ayudar a rescatar españoles desaparecidos, y tras una presencia simbólica,tampoco era su "tarea y objetivos" ayudar a la reconstrucción del país o a tareas globales.

Sonroja nuestra insolidaridad.

Pero reconforta ver también la generosidad y compromiso humano de ONGs y representantes y funcionarios de países y de la Unión Europea, que individual y libremente, han decido permanecer en la incertidumbre de los riesgos y peligros y ayudando a canalizar y distribuir las ayudas que llegan, y dar ejemplo con su presencia del "amor al prójimo" tan denostado e incumplido. Ejemplares.

Y mientras en la Unión Europea estamos sin afrontar el problema y éxodo de subsaharianos, pateras, y dramas humanos, que están convirtiendo el estrecho de Sicilia y la valla de Melilla en muestras de la maldad y egoísmo como uno de los exponentes de la condición humana.

Sincrónicamente, la dependencia occidental del petróleo árabe permite asistir impasibles a la barbarie y crueldad del fanatismo religioso musulmán, con las dos versiones beligerantes del mahometismo, chiíes y suníes, así como el imparable ascenso y avances del Califato Islámico, y tras dos semanas de mensajes, promesas y soluciones, sistemáticamente incumplidas. Si el héroe de Uderzo, Asterix, estuviera hoy en la aldea gala europea, diría, refiriéndose a los líderes y gobernantes de Occidente, como en su momento a las fuerzas de Julio César: ¡Están locos estos romanos! Médico