Las nevadas registradas ayer en buena parte del país afectaron de forma importante a Aragón, donde en puntos de la provincia de Huesca y las Cinco Villas llegaron a ser intensas, con múltiples incidencias. La jornada se vio ensombrecida por dos sucesos mortales. Dos personas murieron en un accidente de circulación ocurrido entre Binaced y Alcolea de Cinca y una tercera, monitor de esquí, por un alud fuera de pistas. Triste balance de un fenómeno cuya llegada fue ampliamente advertida por los organismos de protección civil y agencias de meteorología. La intensidad de la nevada en la comunidad afectó a la circulación de vehículos en numerosas carreteras donde fue necesario el uso de cadenas pese al operativo desplegado para despejar las principales vías. También imposibilitó la llegada de hasta 2.000 alumnos a sus clases y se registraron retrasos en servicios ferroviarios. Son consecuencias de unas inclemencias sobre las que se puede actuar para minimizar sus efectos, siempre difíciles de anular por completo. El nivel de emergencia por riesgo de aludes se mantiene en el Pirineo, pero la nieve dará paso a la lluvia y ahí entra una nueva preocupación, al temerse una crecida del río Ebro (por la fusión de la nieve y las lluvias) que la semana pasada ya llevó a una crecida de mil metros cúbicos por segundo. Aunque mejoren las condiciones viales hay que mantener la precaución y exigir a la administración que no baje la guardia.