En unos días abandonará la política institucional Nieves Ibeas, como no hace mucho lo hicieron Antonio Gaspar y Chesús Bernal, todos ellos pilares básicos de CHA. Tres nombres fundamentales en la historia del Aragón de los últimos años y tres amigos que primero fueron alumnos y después compañeros y en muchas cosas maestros en el trajinar de la Filología Francesa. Han sido un lujo para esta tierra, aunque para ello tuvieran que empeñar aspiraciones y vanidades académicas que tanto gustan a quienes considerándose padres de la patria jamás abandonaron el pesebre. Han dejado cargos pero no la política con mayúsculas y continuarán sirviendo a su tierra desde la universidad, cosa de todos. Ahora le toca a Nieves, una vasca paradójica ya más aragonesa que Agustina, y digo paradójica en el mejor de los sentidos: devota de sus territorios es una internacionalista pura, el ser humano por encima de pueblos y pamplinas. Su voz en las Cortes aragonesas olía a lavanda morada, rosas rojas y margaritas amarillas, siempre hilando discursos de futuro. Su presencia en la calle defendiendo todas las causas justas ya es leyenda. Afortunadamente la sociedad aragonesa volverá a tener en la universidad a una mujer que con la misma rasmia que actuó en política tratará de enseñar humanidad y hacer ciencia vera. Ahora que tan negativamente se valora a la clase política, hay que decirlo: hay políticos y políticos... Suerte y gracias por tu cabal trabajo, Nieves.

Profesor de universidad