La mosca negra se está convirtiendo en algo más que una molestia para cientos de ciudadanos. Los últimos en denunciar casos de picaduras masivas han sido trabajadores del entorno de La Alfranca, que aseguran que se han producido incluso hospitalizaciones por el ataque de estos insectos entre compañeros que realizan trabajos exteriores. Este año, el insecto ha proliferado por la escasez de precipitaciones, los caudales estancos de los ríos y el calor, pero las campañas de fumigación para frenar la evolución de las larvas no se han incrementado al mismo ritmo. En Zaragoza ciudad, el ayuntamiento ha tomado cartas en el asunto, pero ¿qué ocurre en los pueblos ribereños? No es asunto menor la mosca negra.