El presidente de la CEOE aragonesa, Fernando Callizo, dijo ayer que la crisis catalana ya pasa factura a empresas aragonesas, pero no concretó cómo, de qué manera y en cuánto. Este tipo de afirmaciones en estos momentos tan comprometidos son alarmistas y da la impresión que ayudan poco a crear un ambiente social y económico de confianza. Sería bueno que si hay algo concreto se transmitiera a la sociedad y si no, mejor no alarmar a nadie.