Aunque el título lo parezca, no es una ecuación. Es una norma no escrita, la del 12-8-4, que refleja muy bien la situación laboral de muchos trabajadores/as de la hostelería; trabajas 12 horas, cobras 8 y dado de alta en la S.S. por 4. Así lo explican desde la inspección de trabajo. Ya lo expreso Ernest Cañada en Las que limpian los hoteles. Historias ocultas de precariedad laboral, con 26 entrevistas demoledoras a estas trabajadoras víctimas de las empresas de la industria turística. No obstante, esta situación no se da solo en la hostelería, es extrapolable a otros sectores económicos; e incluso, todavía peores a la norma citada. Remedios Toboso, secretaria regional de Construcción de CCOO: «Algún contrato de 8 minutos, en Toledo, en un banco. Es amoral pero es legal. Y la gente va a trabajar. Porque tiene otras 3 horas en otro banco. Y otras 3 en una administración. Y al final junta 600 euros».

Esta situación también se da en el sector público. Lo señala un político no precisamente de izquierdas. El pasado 23 de noviembre, Albert Rivera, en una pregunta al presidente del Gobierno sobre la situación del mercado laboral: «Una trabajadora en un hospital de Madrid encadenó ocho contratos temporales seguidos. Curiosamente, quien más precariza el empleo en España es la administración pública, y no puede ser; no podemos tener gente que encadene contratos temporales uno tras otro con incertidumbre. La media de los contratos en España está en 54 días, ¿Qué futuro tiene una familia o una persona con un trabajo de 54 días, que encadene contratos uno tras otro?» Está surgiendo una nueva clase social descrita por Guy Standing en El Precariado.

Frente a intelectuales, economistas y tertulianos palafreneros de los poderosos, hay otros como, Eduardo Galeano el cual, en el Texto leído en la sesión magistral de clausura de la VI Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, llevada a cabo del 6 al 9 de noviembre de 2012 en la Ciudad de México dijo: “Que una pregunta me ocupa y me preocupa como -estoy seguro- a todos ustedes: ¿los derechos de los trabajadores son ahora un tema para arqueólogos? ¿Sólo para arqueólogos? ¿Una memoria perdida de tiempos idos?” Es una pregunta más que nunca actualizada en estos tiempos de crisis, en los que más que nunca los derechos están siendo despedazados por el huracán feroz- el capitalismo canalla según el libro de Cesar Rendueles- que se lleva todo por delante, que castiga el trabajo y en cambio recompensa la especulación, y arroja al tacho de la basura más de dos siglos de conquistas obreras de las generaciones anteriores, que, de no mediar un cambio radical, nosotros, no sé si por cobardía o por egoísmo, no vamos a transmitir a las futuras. Nuestra conducta recuerda la ocurrencia de Groucho Marx: ¿Por qué debería preocuparme yo por las generaciones futuras? ¿Acaso han hecho ellas alguna vez algo por mí?

No obstante, a veces reconfortan palabras como las de Antonio Catalán, presidente de AC Hotels by Marriot en una conferencia en Málaga del pasado 23 de noviembre en el Foro Lidera Málaga. Las he leído, además de oírlas a través de la red. Las reproduzco tal cual fueron emitidas: «Yo no soy de los empresarios que piense que vale todo, es que no puede valer todo, yo prefiero, si tengo que ganar más dinero a base de sacrificar al personal prefiero ganar menos dinero, tenemos que entrar en una era diferente sobre todo en el sector nuestro, es un sector de personas, no un sector tecnológico». A la pregunta de por qué no hay incremento del empleo con el boom turístico en la Costa del Sol, contesta contundente: «Principalmente, para mí, es la reforma laboral, porque lo que se ha conseguido, en vez, aquí todas las camareras llevan un montón de años, no hay ningún problema, cuando se hacen muy mayores intentamos cambiarlas a trabajos más suaves, como pueden ser la limpieza de zonas comunes, pero con la reforma laboral, ¿qué ha pasado? Puedo despedir hoy a toda la plantilla a 20 días por año trabajado y empezar a contratar o subcontratar en empresas tipo trabajo temporal, bueno no trabajo temporal, tipo Ferrovial o Entrecanales; y entonces bajas plantilla porque explotan a las camareras, y cuando digo explotan, lo digo con conocimiento de causa; no puede ser que pasen de un convenio que ganen, una camarera de pisos gana aquí 1.000 euros o 1.000 y algo, y pasan a un convenio de 600 o 650 y en vez de trabajar cinco días a la semana trabajan seis; en vez de trabajar ocho horas trabajan siete, con lo cual, eso es lo que no se traduce en el empleo. Yo creo que el empresario, en general, tiene que tener más responsabilidad en el tema del empleo; si este país no chuta, no es un problema de los políticos, los que tenemos que generar puestos de trabajo somos los empresarios y los que tenemos responsabilidad sobre esto somos los empresarios, con lo cual, a veces, faltan empresarios en este país, bueno hay gente que hacen negocio, ya está, los tiros no tienen que ir por ahí, yo lo digo sinceramente, creo que la gente tiene que estar bien pagada, no podemos estar escatimando, la gente se tiene que ganar bien la vida, estar feliz aquí. ¡Si nosotros tenemos gente que no se quiere jubilar! Además, porque la única forma de pagar las pensiones es con salarios de verdad”. ¡Vaya contraste con los Díaz Ferrán o Arturo Fernández!.