El recién inaugurado túnel del Somport ha sufrido una nueva afrenta desde su inauguración hace quince días: si la semana pasada estuvo cerrado al tráfico por un corte de luz que duró cuatro horas --nadie dice nada de los supuestos equipos electrógenos-- ayer volvió a cerrar, esta vez por la desidia francesa. Es inexplicable que una obra como ésta, que ha costado tanto tiempo, tantas frustraciones y tanto dinero --254 millones de euros-- quede fuera de servicio por una mala gestión. Esta vez, el cierre del túnel no ha sido culpa de los elementos, sino del Gobierno francés que no tiene quitanieves para limpiar la boca de ese túnel.