Un Zaragoza renovado y rejuvenecido comenzó ayer la pretemporada con incógnitas por resolver. Del equipo del año pasado apenas quedan vestigios, con Zapater como líder carismático, y una auténtica revolución en la que aún faltan otros seis fichajes. Quizás lo más significativo sea el cartel de entrenador bregado y capaz de sacar petróleo de plantillas jóvenes y ajustadas con el que llega Natxo González. Todo lo demás son todavía elucubraciones.