En España el tema de la muerte digna, el suicidio asistido y la eutanasia es una demanda histórica que choca con determinados colectivos sociales y con la legislación vigente que ni siquiera es común en las distintas comunidades autónomas. Llama la tención que países más conservadores y católicos que España, como Bélgica, esté despenalizada la eutanasia y el suicidio asistido incluso en niños y adolescentes. En nuestro país el auxilio al suicidio está castigado con hasta ocho años de prisión. En España el mismo Tribunal Constitucional hace prevalecer el "deber" de vivir frente al "derecho" a la vida y a una muerte digna.

Sin duda que en nuestra sociedad se están poniendo los "cimientos" para una despenalización de la eutanasia y del suicidio asistido pero esto no es suficiente, es necesaria una ley expresa que regule la eutanasia y el auxilio al suicidio con las debidas garantías para el paciente, los profesionales y las personas que puedan intervenir en el proceso. Asimismo debería cuando menos denunciarse el "encarnizamiento terapeútico" que sigue practicándose en algunos medios sanitarios sobre todo en algunos hospitales. La memoria histórica nos hace recordar la obstinada prolongación de la agonía del general Franco que fue víctima en parte por la familia y sus más allegados políticos adictos al régimen de un auténtico caso de encarnizamiento terapeútico en un hospital público español.

El primer caso que saltó a los medios de comunicación e incluso al cine de suicidio asistido fue el de Ramón Sampedro. Otro caso "sangrante" fue la denuncia del anestesista del hospital de Leganés Luis Montes que fue absurdamente denunciado por practicar eutanasia masiva en su hospital a lo que tan solo eran sedaciones terminales en enfermos terminales y agonizantes. Aquí también los medios de comunicación y los intereses políticos y de entidades sociales arruinaron la vida profesional y personal de un excelente médico. Actualmente dirige la Asociación Española para la Muerte Digna que tiene una estructura federal en todas las comunidades autónomas.

A diario los médicos aplicamos medidas de cuidados paliativos, sedación y si es necesario ayudamos a "bien morir" a los pacientes que nos lo demandan con lo que asumimos el riesgo que algunas de estas prácticas conllevan. Y esto se viene haciendo desde la época hipocrática con la mayor naturalidad. Los cuidados paliativos en el domicilio y en el hospital son necesarios pero no suficientes en algunos casos, además el acceso a los cuidados paliativos es muy irregular en nuestro país.

EL PARTIDO popular está empeñado, influenciado por determinadas corrientes sociales e incluso profesionales, a no aprobar una ley de muerte digna en España, de hecho se ha acabado la legislatura sin haberlo hecho. Tan solo algunas comunidades autónomas como Andalucía, Aragón y Navarra se han adelantado aunque en la realidad no se aplican. El testamento vital no se fomenta lo suficiente entre la población siendo muy poca la población que lo ha hecho. Por cierto, ¿ qué ocurriría si una persona en su testamento vital dijera que se le apliquen medidas eutanásicas o de suicidio asistido cuando la ley no lo permita? ¿Habría que trasladar a la persona enferma a un país con legislación positiva al respecto?

Todo esto sugiere un debate entre representantes sociales, profesionales del derecho, de la medicina y de la bioética en un marco de diálogo y entendimiento fuera de prejuicios. Entre todos podemos conseguirlo ya que estamos en una sociedad democrática y laica en la que debe prevalecer la dignidad, la autonomía y la libertad de las personas humanas por encima de la obligación a tener que vivir por encima de todo y en las condiciones que sean.

Para los que no la hayan visto recomiendo muy encarecidamente la película "La fiesta de la despedida" de reciente estreno en España en la que se trata maravillosamente el tema de la muerte digna y el suicidio asistido.

Es necesario que desde la universidad, sobre todo en las Facultades de Ciencias de la Salud y Medicina se enseñen los principios de los cuidados paliativos, la sedación terminal, el suicidio asistido y se abra un debate amplio sobre el tema de la eutanasia.

Médico de Familia. Centro de Salud Arrabal de Zaragoza. Master en Bioética