Todos los observadores, incluso los más adeptos, han coincidido en que el PP salió de su convención de Sevilla más acongojado aún de lo que entró en ella. Le echan la culpa a Cifuentes (cuyas imposturas, mentiras y arrogantes manipulaciones la han desacreditado definitivamente) o a Puigdemont o a la justicia alemana. Pero el auténtico responsable es Rajoy, que fue a una nueva cita con la suerte y se encontró allí con el gafe. Lo cual ha dejado al gran partido de la derecha obsesionado con las próximas elecciones y angustiado por la posibilidad de sufrir en ellas nuevas y sonoras derrotas. El Arco Mediterráneo se le ha escapado, Andalucía sigue muy lejos, y Madrid, ¡Ay, Madrid!, se ha convertido en zona peligrosa. Cs, el amigo-enemigo, gana terreno por doquier. Llegados a este punto, en Génova y Moncloa ven cada vez con mejores ojos la repetición de las elecciones catalanas, a ver si Arrimadas pierde fuelle y se diluye su imagen de Juana de Arco españolista. Aunque avancen los secesionistas... que, como dijo aquel, no hay mal que por bien no venga.

Pueden consolarse en el PP: el PSOE tampoco está para fiestas, a pesar de que Podemos parece izquierdounizarse (y perdonen por el palabro). A las izquierdas se les ha atragantado el choque de los trenes nacionalistas y han perdido el control de la Segunda Transición (de lo cual ya hablaremos otro día). Así que a los conservadores siempre les cabe mirar hacia la acera de enfrente y tomar nota de que en ninguna parte atan los perros con longaniza.

Ciudadanos es el valor en alza. Lo dicen las encuestas, los analistas y mucha gente. Su ascenso se produce sin embargo en paralelo a una reacción casi natural: la crecida potencia (electoral, que de eso hablamos) de los nacionalistas periféricos, vascos y catalanes, lo cual augura un futuro tormentoso y una crisis política permanente y sin salida.

Pero bueno... Háganse a la idea de que todo puede cambiar en unos días, unas horas, unos minutos. Mariano todavía espera que la suerte se le siente en el regazo. Aunque Rivera sea más joven y más guapo.