La consejera de Educación, Mayte Pérez, mantiene la pretensión de conseguir un pacto por la Educación en la comunidad y pide la colaboración de los grupos en las Cortes. Una voluntad que, en asuntos de trascendencia de legislaturas, debían lograr consensos y generar la normativa que los anclase en una aplicación asumida por todos, al margen de los cambios de Gobierno. Como con el pacto por la Ciencia, que recibió el apoyo de la comunidad científica, universidades, agentes empresariales y todos los grupos políticos y que todavía sigue su trámite parlamentario. Todo languidece en los plazos y la cercanía electoral tensa los nervios y convierte los pretendidos consensos en cada vez más difíciles.