Paletos, (o sea, rústicos, zafios, faltos de trato social), es lo que les ha llamado el arzobispo de Toledo, de nombre Braulio Rodríguez, a quienes han criticado las formas, las maneras, los gastos, la utilización de medios públicos, que la visita del Papa ha traído consigo. La calificación supongo que incluye también a las organizaciones de cristianos de bases y a los centenares de curas en ejercicio que se han sumado a las críticas pidiendo otra forma de hacer las cosas. El mismo obispo ha recordado que ¿los católicos pagamos impuestos como los demás y somos inmensa mayoría en España? Se le olvidó recordar al obispo que la Iglesia católica recibe también del Estado inmensas sumas de dinero, como ninguna otra confesión religiosa y que ha olvidado sine die la promesa de autofinanciación. Pensar que los católicos siguen siendo inmensa mayoría no deja de ser una mirada optimista a la luz de muchos datos objetivos y por tanto indiscutibles, que la jerarquía no quiere ver. Ha aclarado también que las Jornadas Mundiales de la Juventud (católica, había que precisar para no confundir deliberadamente la parte con el todo) será una magnífica ocasión para suscitar vocaciones sacerdotales y religiosas, además de dar lugar al nacimiento de numerosas parejas cristianas. Vale, de lo primero están realmente necesitados y respecto a los segundo es, al parecer, como la fiesta de los solteros de Plan, pero a lo grande, o un Erasmus, pero concentrado. Nada que objetar. Pero, ¿se puede pedir claridad en las cuentas, sin que lo insulten a uno?

Profesor de Universidad