La circular del Ministerio del Interior instando a las demarcaciones provinciales de la Guardia Civil a restringir el preceptivo servicio de protección a eventos deportivos, sociales, recreativos, etc. a uno por día y provincia, cuando esos actos requieran el control de la Benemérita, ha causado un seísmo en ayuntamientos, clubs deportivos, asociaciones culturales y federaciones deportivas. La medida, de una radicalidad impropia de un cuerpo caracterizado por su alto grado de entrega social, ha causado estupor entre estos colectivos no profesionalizados que se caracterizan por el apoyo desinteresado a la promoción del deporte o a otras actividades que requieren el uso de espacios comunes.

En el caso del ciclismo o del triatlón, dos disciplinas que necesitan la mayor parte de las veces salir a la carretera, esta norma puede guillotinar sus calendarios. Y no sería complicado armonizar pruebas y fechas aunque hubiese que renunciar a una parte de la oferta deportiva. Lo peor es que habría que compaginar esos calendarios con romerías, andadas, procesiones y todo un inmenso listado de actividades. ¿Quién asignará prioridades a pruebas y eventos? ¿Qué criterios se aplicarán? Esto sí que es poner palos a las ruedas.