Los trabajadores de TUZSA han acordado hacer paros parciales desde el 22 al 27 de mayo. Los paros, que se desarrollarán por la mañana y por la tarde, afectarán a todas las líneas del trazado, según avanzó ayer el presidente del comité de empresa, Javier Anadón. Si se tiene en cuenta que los trabajadores y la empresa están en plena negociación para renovar el convenio colectivo --un proceso que exige grandes dosis de cordura y de cesiones por ambas partes en todas las empresas--, y que los paros han sido convocados para la última semana de campaña electoral, incluido el día de las elecciones, se puede concluir que la de TUZSA es una huelga política. Sin duda que lo que persiguen los trabajadores es mejorar sus condiciones laborales. Es su derecho, pero no pueden enfrentar su derecho al de los ciudadanos que no pueden ni deben utilizar un momento político tan trascendente para presionar a su empresa.