En Alcalá de Henares se volvieron a repetir las escenas de júbilo. También en las Delicias zaragozanas y alguna localidad más aragonesa. Eso por citar los lugares premiados con la suerte de la lotería, y siempre al margen del domicilio del expresidente de la dipu de Castellón don Carlos Fabra, el que tiene un monumento en su propio aeropuerto. El resto de jodidos, según siempre su hija Fabrita, miramos a la tele y se nos quedó el boleto congelado entre los dedos. Otra vez será. Anda, saca los langostinos congelaos, Maricarmen y anula la mesa en Los Borrachos...

Hay españoles que no juegan nunca a la lotería, para qué. Por eso tampoco salen en los telediarios. Ni en broma. Cuentan las crónicas que los millonarios españoles han elevado su fortuna este año en 8,4% sobre el año anterior. Con discreción. Y ya es raro, porque muchos de estos empresarios se dedican al ruinoso negocio de la sanidad. ¿Pero no quedamos en que la salud es un saco de pérdidas?

Para gritar su enojo, algunos sanitarios lograron colarse en el teatro donde se realizaba el sorteo de la lotería, y cantar su malestar. Sacaron sus pancartas contra la privatización y volvieron a tocar las pelotas de las señoras autoridades. ¡Qué pitera tienen estos profesionales madrileños! ¿Qué perseguirán?, se preguntan mosqueados los señores del gobierno. Con lo bien que viven los médicos. ¡Mejor viven los políticos y no saben ni poner una tirita! Ni sacarnos de la ruina. En fin, tengamos la nochebuena en paz. A ver qué nos cuenta el Rey.