Todos y cada uno de los españoles tenemos una deuda personal con Rajoy por habernos librado del rescate. Eso dice la ministra de Agricultura, la misma que se atreve a resumir la situación en Grecia con la frase "las urnas son un peligro". Como también es titular de Medio Ambiente, cabe la posibilidad de que antes de tan despendoladas reflexiones anduviera por el monte sin botas de caña y pisara alguna viborilla, nada grave de uci, solo un poco de desorientación. O eso o un corte de digestión al tragarse el café con hielo sin tiento en estos días de fuego. Cualquier otra posibilidad da horror pensarla. En el primer caso, si ella tiene una deuda con su presidente, que la abone, que le haga una quita o que se vaya sin pagar, pero a los mayores de edad que se libre de darles cargas de compromisos pendientes, que ya saben lo que hay. Por lo visto, las urnas solo dejan de ser un peligro cuando dan la mayoría absoluta a los propios, entonces son la voz del pueblo. Pero si lo que cantan son las cuarenta, es que ha habido interferencias radicales, o antisistema o promotoras del caos, o todas a la vez, que es más fácil encontrarles acomodo en la Ley Mordaza. Tanto peligro debe ver Rajoy en las urnas que ha decidido adelantar la bajada del IRPF a julio para que todos y cada uno de los españoles que ya no sufren el paro, ni los recortes ni la desigualdad acelerada, metan en sus bolsillos unos 40 céntimos diarios más. Muy barato compran algunos- y con la visa del común.