Suponen los comentaristas de la Corte, que el PSOE está como dividido entre centristas e izquierdistas: a un lado, Susana Díaz (y Felipe y Bono y similares); al otro, Pedro Sánchez (con la gestora de Madrid, los de Valencia y demás aliados de Podemos, Compromís y los comunes en general). La derecha, desde luego, está que trina. Sus portavoces profetizan que los acuerdos explícitos o implícitos entre los socialistas y el populismo serán letales para los primeros. Que deberían haberse entendido con el PP, por aquello de la estabilidad y el qué dirán nuestros socios y aliados; amén de los mercados, sin cuya bendición nada puede prosperar o existir.

En realidad, el PSOE se ha encontrado con un problema aritmético complejo. Allí donde podía hacer mayoría absoluta con el concurso de Ciudadanos (que es un partido considerado de orden) aún ha dispuesto de margen, como en Andalucía. Pero en otros lugares (como Aragón) los de Rivera apenas sumaban, lo cual llevaba, de una u otra forma, a la versión hispana de la gran coalición: socialistas más conservadores. Y eso sí que no se lo pueden permitir ni Díaz ni Sánchez. Los números han obligado a los pesoes a entenderse con Podemos&Cía, bien para dejarles gobernar, bien para poder gobernar ellos. A priori no ha sido tan mala jugada (sobre todo al poderla combinar con ocasionales ententes con C's). Pero sí que tiene peligro, por supuesto. Tampoco había otra solución.

La socialdemocracia española se debate entre dos estrategias: irse al centro para recuperar desde allí su habitual terreno en la izquierda, o ganar primero ese espacio en la izquierda para extenderse hacia el centro (que es como obtuvieron sus éxitos electorales González y Zapatero, aunque ahora se les olvide). Un dilema muy jodido, sobre todo cuando se plantea no sólo en España sino también a escala global. En el Parlamento Europeo, el PSOE se está dejando tentar por el TTIP (el tratado comercial transatlántico que pretende subordinar los estados a las grandes multinacionales). En ese plan, ni izquierda ni centro... ni casi nada. Ya pueden tener cuidado.