Puede haber datos positivos en la economía, pero lo que es seguro es que persisten datos muy negativos en lo social. En el Ayuntamiento de Zaragoza, la realidad de los servicios sociales que dirige Luisa Broto muestra que en lo que va de año, más de 9.000 familias han tenido que ser atendidas con ayudas de urgencia, 1.200 más que hace un año. Más gente necesitada por tanto y más necesidad de fondos para atenderla. Aumenta incluso el número y los conceptos de auxilio necesarios. Están peor, en resumen. Coincide con la situación que relata la memoria anual de Cáritas, que reconoce, año tras año que la sociedad es más desigual, con sectores de pobreza cronificada difíciles de reconducir y con aumento de trabajadores pobres. Un situación que exige políticas de apoyo y de transformación social y no solo económicas.