El avispero de casos de corrupción que vive, que sufre España tiene un determinante aunque discreto protagonista en la policía. Las fuerzas del orden, Policía Nacional y Guardia Civil, son las encargadas de investigar cada caso, siempre bajo la coordinación de los jueces asignados a cada sumario. En principio, todos deberíamos dar por supuesto que dichos inspectores y agentes cumplen con objetividad, prontitud y profesionalidad sus funciones. Pero, ¿y si no es así?

Sería el planteamiento, por ejemplo, de un excelente modelo o ejemplo de novela negra, negrísima y muy actual, Te veré bajo el hielo, del joven escritor británico Robert Bryndza.

En su electrizante argumento, ambientado en el Londres de hoy, una joven, Andrea, hija de un poderoso lord, Simon Douglas, es brutalmente violada y asesinada, despertando un auténtico furor mediático. La investigación del caso estará condicionada por tal cantidad de presiones procedentes de las altas esferas que durante toda la novela el lector dudará de la moral policial, y no a nivel de investigación de calle, sino de los máximos responsables. Dudaremos si serán capaces de descubrir la verdad o se rendirán a esas presiones, a los intereses económicos, políticos, familiares, del clan Douglas... Menos mal que una aguerrida e independiente inspectora, Erika Foster, estará, aguantará ahí, resistiendo toda clase de presiones, para finalmente conseguir averiguar lo que sucedió realmente con Andrea Douglas... Siendo su desenlace el elemento más atractivo de la ingeniosa historia de Bryndza, pero no el de mayor calado: la moral policial.

Volviendo a España vemos como una y otra vez tornan las dudas sobre las autorías de los atentados del 11-M, acerca de la actividad presuntamente delictiva de la familia Pujol, a propósito de las pruebas aparecidas semanas, meses o años después de perpetrados los delitos económicos por parte de una élite financiera que ve prescribir sus malas prácticas o reducirse sus condenas por falta de contundencia sumarial. ¿Hay presión sobre la policía española, sobre la Guardia Civil, sobre jueces y fiscales, como se ha venido rumoreando y, en algún caso, claramente afirmando en los últimos tiempos?

Un tema de fondo que convendría aclarar de raíz para que el ciudadano confiase en sus fuerzas del orden.