Estamos comprobando estas fechas cómo afloran numerosos casos de corrupción política en nuestro país, especialmente en la Comunidad de Madrid. ¿Y por qué tantos y tan graves casos de corrupción aquí? En otras comunidades también, como Cataluña, Valencia, Andalucía, Islas Baleares o Aragón, aunque sin llegar a estos niveles.

En Madrid reside el poder político desde hace siglos, ya que adquirió la condición de capital administrativa en 1561, cuando Felipe II la designó como sede permanente de la Corte. Tras la guerra de Sucesión en 1714 con los Decretos de Nueva Planta al extender su dominio a los territorios de la antigua Corona de Aragón, como consecuencia de la supresión de los fueros de los mismos, se convirtió en la capital política de España. A finales del siglo XX adquiere el estatus de capital económica de España. Madrid es ya la capital total, es el París de España. Este proceso responde a un proyecto político iniciado en el siglo XVIII, tras la llegada de los Borbones a la Monarquía. Aquí están: el Palacio de la Zarzuela, la Moncloa, el Congreso de los Diputados y el Senado, el Consejo General del Poder Judicial, Tribunal Constitucional, Ministerios, etc. El palco del Santiago Bernabeu. Puerta del Sol. Aquí se toman las grandes decisiones políticas que afectan a todo el Estado. Aquí se publica el BOE. Aquí tienen desde el 2009 sus sedes operativas las grandes multinacionales españolas, siete de las diez primeras: Banco de Santander, Telefónica, BBVA, Iberdrola, Endesa, Repsol, Iberdrola Renovables. Están las grandes instituciones culturales como Museo del Prado, de los Thyssen-Bornemisza, el Reina Sofía, Biblioteca Nacional, la Real Academia de la Historia, la Real Academia Española, etc. Los más influyentes medios de comunicación: TVE, las grandes cadenas de radio y televisión, El País, El Mundo, ABC, Marca. Aquí se ha consolidado una élite, un núcleo de poder político-financiero-funcionarial-mediático-judicial que, esta vez sí, ha conseguido la hegemonía peninsular, y que está cuestionando el proceso de descentralización administrativa del Estado de las Autonomías, intentando recentralizar y uniformizar de nuevo el Estado.

Esta elite madrileña vive en los barrios más lujosos, lleva a sus hijos a los mismos colegios privados de élite, mayoritariamente religiosos; y los veranos a USA a perfeccionar su inglés. Prosiguen sus estudios en universidades también privadas, donde entablan relaciones para ocupar en el futuro puestos destacados en la política, la economía o la cultura. Esta élite perfectamente ensamblada e interconectada entre sí es inaccesible para otros sectores de la sociedad, comparte unos mismos intereses y trata no solo de mantenerlos, sino también de acrecentarlos a través de las puertas giratorias. Políticos en los consejos de administración de las grandes empresas, de los grandes bancos, de las grandes inmobiliarias, en pago por los servicios prestados. Y a la inversa de la gran empresa a la política. El exministro Ángel Acebes en el consejo de administración de Iberdrola. José María Aznar asesor de Endesa y Felipe González de Gas Natural. Isabel Tocino en el consejo del Banco de Santander. El caso inverso, el del ministro Luis de Guindos, procedente del mundo financiero.

Es obvio que aquí el poder político y el dinero abundan más que en el resto del Estado. Por ello más corrupción. Hay muchos intereses económicos en juego, y tratan de defenderlos por procedimientos legales o ilegales. De estos últimos el más conocido el Tamayazo. Un auténtico paradigma. Dos diputados socialistas, Teresa Sáez y Eduardo Tamayo, al ausentarse de la Asamblea de Madrid en 2003 no votaron al socialista Simancas y así no hubo Gobierno del PSOE-IU, lo que supuso repetir las elecciones, tras las que llegó a la presidencia Aguirre, la Juana de Arco liberal, según Mario Vargas Llosa. Uno de los casos más perversos de la política española, ya que quienes lo diseñaron escupieron en las urnas donde los madrileños depositaron sus votos. Después vino el Plan de Infraestructura Sanitarias (2004-2011) de alto impacto económico y cuyos adjudicatarios aparecen hoy en los papeles Bárcenas, la trama Gürtel o la concesión de las licencias para las televisiones locales que recayeron en sectores afines al PP y a Aguirre. Asimismo, Caja Madrid comenzó a virar en su estrategia y a convertirse en una caja especulativa, que asumió grandes riesgos inmobiliarios y proyectos «estrellas» y que condujeron a la creación de Bankia. Hubo un carpetazo mediático, la comisión parlamentaria inoperante, y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid «en tiempo récord archivó una querella que hubiera abierto una investigación al respecto». Luego llegó la Púnica, el caso Lezo…

Termino recordando las palabras -conviene no olvidar- que Martínez Noval, del Grupo Socialista del Congreso, le espetó a Aznar en la sesión del 10 de marzo de 1999: «Estando en la oposición usted recordará que utilizaba muy a menudo el discurso de la regeneración democrática. La frase que mejor recuerdo, la más resonante era aquella de que usted iba a barrer de España a los corruptos». ¡Manda huevos! H *Profesor de instituto