Hace años me preguntaba en estas mismas páginas que por qué no gobernaba la entonces alcaldesa, Luisa-Fernanda Rudi, pues ésa era la sensación que transmitía su gestión, o mejor aún, la ausencia de la misma. No había una respuesta clara. Ahora es preciso realizar la misma pregunta: ¿Por qué no gobierna el alcalde, Juan-Alberto Belloch? Pero hoy sí es posible responder, porque va a cumplir un año en la alcaldía y todavía está diseñando su equipo. La cuestión no pude verse alterada por la Ley de Grandes Ciudades, ya que era sobradamente conocida. El alcalde, como los jugadores de riesgo, ha puesto todas sus fichas en la casilla de la Expo, y a un solo número y color apuesta sus capacidades políticas, que evidentemente son muchas; y en un claro ejemplo de despilfarro intelectual, parece no tener tiempo de atender a otros temas. Y a mayor abundamiento, y en un claro ejemplo de suicidio político, se empeña en llevar la contraria al partido político que lo llevó a donde está, y que cada día lo sustenta, con lo cual cada día lo puede hacer caer. Bastará con que triunfe la candidatura de Trieste, nuestro rival más claro. Y el balance de su capital político será cero. Patatero.

*Abogado