Hace apenas un mes, los sindicatos y las patronales aragonesas fueron premiados por la DGA por su contribución al diálogo social, con el acuerdo de Opel de fondo. Poco tiempo ha pasado para que se evidencien de forma palpable las tensiones entre centrales y organizaciones empresariales. Mientras a nivel estatal se amaga con una huelga general si no aumentan los salarios, en la comunidad, los representantes de los trabajadores acusan a los empresarios de no querer negociar. De seguir usando las ventajas que les proporciona la última reforma laboral que ha hecho perder ocho puntos de poder de compra a los salarios en la última década, mientras suben los beneficios empresariales y la productividad.