Andan turbias las sentinas de la DGA. Sin presupuestos y montones de problemas. Es cierto que Fernando Gimeno es un individuo singular que dejó empobrecido y cargado de deudas el ayuntamiento zaragozano. También que Juan Alberto Belloch, además de considerarlo amigo del alma, oculta tras las movidas del jacetano sus dislates como anterior alcalde. Buen vasallo este Gimeno que tantos años ya lleva en política. Mucho atesora de positivo, a saber, enmarañar, cuadrar, sonreír y servir al patrón. Cuando digo patrón me refiero al jefe de turno, sin duda, y también a los poderes fácticos de mañolandia. Dicho lo cual, ahora habrá que reconocer que Gimeno no carece de razones para asumir que sus propuestas son las necesarias en los tiempos que corren. Si el señor Echenique decidió en su día apoyar la candidatura de Javier Lambán a la DGA, hoy no puede ser mosca cojonera e impedir que Aragón tenga presupuestos. Entre la opción Gimeno o la Echenique, muchos inscritos de Podemos están optando por el socialista y todavía más esas gentes que votando en elecciones a los podemitas no comprenden el juego de quien se siente líder de un conglomerado al que ni se le consulta ni tiene en cuenta. Echenique está haciendo bueno a Gimeno. ¿Cómo es posible apoyar un gobierno de minoría y ahora negarle el pan y la sal? En la calle no se entiende. O se pacta o se rompe la baraja. Gimeno está en lo suyo y hace bien. Echenique pasa y se pasea, cuando quienes le votaron sufren sus desvaríos. Es el adalid de la muerte dulce de un proyecto que parecía ilusionante. H *Profesor de universidad