209 personas murieron ahogadas en España en los primeros seis meses del año, y en julio la estadística no hace más que crecer. El último caso conocido ha sido el de un niño de 10 años en la piscina pública de Híjar, la séptima víctima en el caso concreto de Aragón. A pesar de que el niño pudo ser rescatado del vaso el sábado cuando sucedió el percance, estabilizado por el socorrista y trasladado por el helicóptero del 112 al hospital Miguel Servet, apenas pudo superar la noche y ayer por la mañana los sanitarios certificaron el óbito. Es decir: los protocolos funcionaron correctamente pero ante un caso tan grave la reanimación es compleja. El luctuoso resultado nos recuerda que en el agua no se puede bajar la guardia.