Yde pronto todo se llenó de primarias. Muy lejos quedan aquellas que dilucidaban el liderazgo del PSOE entre Borrell y Almunia. Los dos fracasaron por diferentes motivos y sin embargo ambos salieron propulsados a importantes cargos técnicos de la UE. En las que encumbraron a Zapatero, una de las perdedoras, Rosa Díez, fue recompensada/enviada por su partido como europarlamentaria hasta que justo al expirar su cargo una súbita epifanía le hizo renegar de la socialdemocracia y fundar UPyD, creando ese hueco ideológico por el que luego entró Ciudadanos. Precisamente, también Albert Rivera revalidó su liderazgo en primarias, el que primero obtuvo gracias al orden alfabético y que después refrendó nada menos que el 87,3% de sus afiliados. Poco o nada se ha sabido de sus otros oponentes o disidentes, que parece han sido absorbidos por la materia oscura.

Tal ha sido la epidemia de primarias que incluso el partido más reacio y contrario a este sistema, el PP, también ha solucionado así la repentina retirada de Rajoy. Poco han aplicado en su casa lo que siempre han pedido para España (cuando los números casaban, claro): que gobierne la lista más votada y punto. Esta vez, la preferida por la militancia ya ha dejado la política, el segundo se ha hecho con el poder gracias al apoyo orgánico y la tercera, al parecer, también será premiada con encabezar a los populares desde la distancia de Bruselas, quizá para ahorrar la humillación cercana de una secretaria general destronada.

Pero los más empecinados en que los partidos vuelvan a pertenecer a sus militantes, simpatizantes o votantes, tratando de dejar atrás esas maquinarias pesadas, obsoletas y en parte demasiado propensas al clientelismo interno, han sido los de Podemos, que han viajado del asamblearismo a la estructura jerárquica funcional construyendo un relato verosímil pero lleno de lagunas. Vistalegre II confirmó a Iglesias y desautorizó y marginó a Errejón por su tendencia pactista, la misma que ahora sigue la dirección -de la que por cierto se han ido desligando la mayoría de los fundadores-.

Y cuando la fórmula ya parecía consolidada para todos, cada cual con sus propios anexos y letra pequeña, salta la sorpresa de la mano de Manuela Carmena, que en el 2019 concurrirá a las municipales de Madrid al frente de una plataforma abierta. Ni primarias ni nada. Esta soy yo y aquí está mi gestión. Juzguen ustedes. H *Periodista