Las medidas adoptadas por Rusia repercutieron directamente en la exportación de fruta española. Este verano, las pérdidas por producciones excesivas que no encontraron mercados y marcaron unos precios a la baja incompatibles con los beneficios soliviantaron al sector. Hoy, sindicatos y productores plantean arrancar plantaciones para recuperar los precios. Una medida drástica, pero que procede de los propios afectados, aunque habría que valorarla.