Estas cuatro declaraciones no son de agosto ni de septiembre, cuando la Liga todavía estaba fresca y sin madurar. Prácticamente están recién salidas del horno entre la pasada semana y la anterior, con el rumbo del equipo ya desnortado. Natxo González: «El objetivo es el ascenso en un proyecto a dos años, pero vamos a intentarlo en el primero». Cristian Álvarez: «La ilusión de estar en los puestos de arriba sigue intacta». Alberto Benito: «No podemos dar nada por perdido, queda toda la segunda vuelta y el margen de puntos con los de arriba no es tan grande». Eguaras: «Tenemos que ir a Granada con la idea de mirar hacia arriba». A pesar de la corriente de pesimismo general, consecuencia directa de los malos resultados del equipo, parece evidente que en la plantilla todavía había una ventana abierta al optimismo.

En su comparecencia del lunes, como siempre ha hecho en público, Lalo Arantegui eludió secundar ese entusiasmo, aunque auguró una segunda vuelta mejor, un crecimiento colectivo, descartó el descenso e incidió en su idea original. «Esta temporada es el inicio del proyecto, hay que ser impermeables», dijo.

Justamente ese punto, el del valor real definitivo de esta plantilla y por lo tanto del proyecto a medio plazo, hasta la fecha bastante devaluado, terminará por definirse en esta intrigante segunda vuelta, donde solo hay un objetivo: la salvación. La SAD tiene a 19 jugadores con contrato más allá de junio del 2018 y eso sería una base estupenda con buenos futbolistas o una terrible hipoteca en caso contrario.