Finalmente se han caído las caretas y tanto PSOE como Ciudadanos han quedado al descubierto. Muy poco han tardado en demostrar que ni son de fiar ni tienen sentido de Estado. Así de claro. Los primeros poniendo sus intereses partidistas por delante de los intereses de su país y los segundos evidenciando que la palabra dada por sus dirigentes, empezando por el propio Rivera, no es ninguna garantía. Ha quedado efectivamente tan demostrado que incluso algunos de ellos en conversaciones con los diputados del PP se declaraban indignados, sorprendidos y lo que es peor ridiculizados. La votación en el Congreso del famoso Real Decreto de la estiba ha revelado que el rencor al Gobierno y al PP están por delante de las necesidades y soluciones que necesitan los españoles.

Y la verdad es que un país no puede estar al albur de la irresponsabilidad de unos partidos políticos que condenan a los españoles a pagar de su bolsillo 23 millones de euros que estaban esperando la respuesta del Parlamento, y por si no fuera poco, nos aboca a una sanción diaria de más de 134.000 euros. Esta y no otra es la conclusión del esperpento que ha hecho posible tanto PSOE como Ciudadanos con sus votos; unos con su ya acostumbrado «no es no» y los otros con su ya acostumbrada abstención nos conducen a una condena que más pronto que tarde deberemos pagar porque formar parte de la UE también tiene sus obligaciones.

El PSOE además de hacer el ridículo, con medio grupo parlamentario aplaudiendo de pie a los sindicatos de los estibadores mientras el otro medio seguía sentado con cara de bochorno, se dejaba comer la tostada por los que de verdad conseguían, puño en alto, el rédito electoral, la fotografía y la ovación de los representantes sindicales, que no son otros que Podemos. ¡Si piensa el PSOE que así va a conseguir algo, que mire los resultados electorales en Holanda donde la socialdemocracia de casi 40 diputados se ha quedado en 9 y le recordaría aquello de que cuando las barbas de tu vecino veas pelar...!

Ciudadanos por su parte, tras asegurar al Gobierno su apoyo, en cuestión de horas varió sin previo aviso su posición y acreditó una vez más que no puede ser que quien una noche se acostó siendo socialdemócrata a la mañana siguiente se pudiera levantar liberal. Si esta es la demostración de lo que entienden ellos por liberales lo único que demuestran es que son la peor versión de otras marcas fracasadas. Lo peor en política es que no seas de fiar, que no cumplas con la palabra dada o que día sí y día también estés dando bandazos demostrando que detrás de unas siglas no hay ni proyecto, ni ideas, ni propuestas salvo marketing y un hiperliderazgo al que sobra demasiada soberbia.

Hoy, mucha gente se pregunta si merece mantener esta legislatura o si tras el 3 de mayo el presidente Rajoy debería convocar nuevas elecciones. Hoy mucha gente se acerca al PP para decirnos que España no puede estar al pairo de la irresponsabilidad partidista de quienes piensan más en ellos que en el bien común de los españoles. Y razón no les falta. Lo ocurrido esta semana en el Congreso tras el no al Real Decreto que modifica el régimen de los trabajadores para la prestación del servicio portuario de manipulación de mercancías y que daba cumplimiento a la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE y que nos condena, no al PP, sino al Reino de España, ha hecho posible que ganara el populismo y perdieran los españoles.

Lo ocurrido, lamentablemente, no favorece ni mucho menos los intereses y la imagen de España en el mundo. Esa imagen dañada que traslada un mensaje de que España no cumple, de que España se aleja de lo que firma, de que España no es de fiar, de que España desacata a los Tribunales de Justicia, esa imagen hay que agradecérsela tanto a Ciudadanos como al PSOE y más cuando últimamente no dejan de coquetear con el partido más populista de nuestro país. Tengo la sensación que sus electorados, los de unos y otros, hoy no pueden estar satisfechos de sus comportamientos y mucho menos de las decisiones que desde hace ya algún tiempo están adoptando. España no se merece esta falta de miras, de altura política y mucho menos una fractura internacional que traerá consecuencias empezando porque vamos a ser los españoles los que vamos a comenzar a pagar de nuestro bolsillo la multa que algunos han permitido por el único y exclusivo motivo de atacar al PP. <b>*</b>Diputado del PP en el Congreso por Zaragoza