El remate del debate sobre el estado de la ciudad celebrado en el Ayuntamiento de Zaragoza ha puesto de manifiesto un insólito e inesperado acercamiento entre ZeC, la plataforma de izquierdas que gobierna, y el PSOE. Toda una novedad después de dos años y medio de enfrentamientos y tensiones. Porque si el grupo municipal socialista apoyó inicialmente la elección de Pedro Santisteve como alcalde, luego no perdió ocasión de segarle la hierba bajo los pies, a veces haciendo una perfecta pinza con la derecha, PP y C’s. Pero eso parece estar cambiando. Ayer, en el pleno, los comunes votaron a favor de propuestas hechas por el PSOE, y viceversa. De hecho, la sesión, precedida por el debate del lunes, tan duro y desabrido como siempre, resultó ser sorprendentemente pacífica y concordante. Se presentaron 30 resoluciones. 26 fueron aprobadas y de ellas, 16 por unanimidad. De repente, las izquierdas actuaron al unísono. La inédita comprensión mutua permitía pensar que existen condiciones para que las dos principales instituciones aragonesas, el Gobierno autónomo y el propio ayuntamiento cesaraugustano, aprueben sus presupuestos en plazo y forma. Sería todo un acontecimiento.

Desde el día siguiente de las últimas elecciones autonómicas, el conjunto PSOE-Podemos-CHA-IU estaba condenado a entenderse. Manteniendo un mínimo grado de unidad podían ampliar el espacio común, la izquierda; en caso contrario, todos corrían el riesgo de perder la siguiente batalla electoral frente a la derecha. Tal realidad ha acabado imponiéndose. Diversos cambios internos en PSOE y en Podemos han facilitado directa o indirectamente movimientos de aproximación que facilitarán sin duda la gestión de las instituciones gobernadas por equipos de adscripción progresista. De hecho, en algunas de ellas como el Ayuntamiento de Huesca, la entente funcionó bien y con buenos resultados desde el primer minuto.

Queda poco más de año y medio antes de la próxima cita con las urnas. Al frente de la nueva dirección del PSOE aragonés, Lámbán se siente más respaldado y con más margen de maniobra. En la secretaría general de Podemos, Escartín, el relevo de Echenique, aspira a romper el aislamiento de su formación. En estas condiciones, la izquierda habrá de recuperar mucho tiempo perdido y dedicarse a satisfacer a la ciudadanía. Si lo consigue, tal vez esté todavía a tiempo.