Es duro sí, salvo que seas Cubero, quien se crece ante las adversidades, considera que ser un munícipe del cambio equivale a estar de bronca todo el día y disfruta poniendo en apuros al alcalde Santisteve. Este, la verdad, es como el director de un circo donde se deprimieran los payasos, se cayesen los trapecistas y a la contorsionista le agarrara el lumbago. En fin, para sufrir de esta manera, mejor estaba en la Nicaragua preelectoral, haciéndole el caldo gordo al sandinismo de los Ortega, que es una perversión extrema, autoritaria y corrupta de aquel sandinismo que fue revolucionario. Aunque quizás nuestro regidor no lo crea así, y por eso no hizo caso a quienes le advirtieron que no era este el mejor momento para ir a la ciudad hermana de León. Bueno... peor es lidiar simultáneamente con los autobuseros, los tranviarios y la empresa que contrata a ambos gremios: la mexicana Avanza, que se las trae.

Salvo milagro, durante las fiestas del Pilar habrá paros en el tranvía, y ojo no acabe extendiéndose el conflicto a los buses porque trabajadores de uno y otro lado, cuyos sindicatos mayoritarios respiran por el mismo pulmón, hacen gala de un encomiable espíritu unitario (se reunirán en asamblea conjunta) y los dos tienen buenos motivos para andar encabronados con su patronal, la cual, a su vez, quizás no vea con malos ojos un nuevo follón en el transporte colectivo zaragozano. A ver si así las próximas elecciones ponen las cosas en su sitio, y al PP en el gobierno de la ciudad.

Justo cuando se había resuelto con prontitud y acierto el tema del IBI, al ayuntamiento cesaraugustano se le abre un costurón donde más puede doler. ¿Se imaginan ustedes las próximas fiestas, con el ferial, el Interpeñas o la Oktoberfest instalados en Valdespartera... y el tranvía fuera de servicio?

El de concejal se ha vuelto un oficio muy complicado. Pero no sé porqué tengo la intuición de que, cuando Azcón y los suyos tomen el mando, las aguas volverán a su cauce, reinará la paz, se dulcificará la actualidad local... y esto será Jauja.