Una sociedad que se preocupa por el bienestar de las personas que la integran es una sociedad que se desarrolla en positivo y que avanza con el ánimo de solventar las nuevas necesidades y problemas sociales que se plantean en su entorno.

En estos momentos, Zaragoza se ve inmersa en la misma situación de crisis socioeconómica que España y Europa. Nunca hemos sido ajenos a la realidad que nos rodea. Hoy afrontamos dificultades que no son sencillas de resolver. Por eso, ahora más que nunca, debemos sacar lo mejor de nosotros mismos para abordar los retos a los que nos enfrentamos y reflexionar sobre el papel que la administración municipal desempeña; una presencia fundamental que desde el Ayuntamiento de Zaragoza se planifica en tres pilares: el Marco Estratégico Zaragoza 2020, el Plan Director Estratégico de Acción Social de Zaragoza y la necesidad de un Pacto Social de nuestra ciudad.

Desde el ayuntamiento impulsamos por tanto el Marco Estratégico Zaragoza 2020, una iniciativa consensuada en el seno de la Asociación para la Planificación estratégica de Zaragoza y su Entorno (Ebrópolis), que se sustenta en una visión de la capital como espacio equilibrado y articulado, en el que se contempla como ciudad de los ciudadanos, de alianzas, innovadora, ciudad-territorio y ciudad-global, sostenible y comunicativa.

En consecuencia, una fórmula para impulsar la estructuración de una Zaragoza amable, comprometida, culta, emprendedora y socialmente humanitaria y responsable. ¿Y cómo se inicia esta reactivación? Priorizando las respuestas a las necesidades y demandas sociales actuales mas urgentes y consolidando la estructura adecuada para afrontar las venideras. Contamos con la energía y la decisión suficiente para trabajar en esta línea porque partimos de la firme creencia en el liderazgo del municipio en las políticas sociales públicas y en el papel que la sociedad civil tiene en nuestro territorio. Por ello planteamos potenciar, entre todos los agentes sociales, sinergias, conocimiento y colaboración en pro de objetivos comunes para cumplir la finalidad del plan.

En los últimos cuatro años, el Ayuntamiento de Zaragoza ha hecho un importante esfuerzo presupuestario en materia de acción social. En 2011 la aportación fue de casi 44 millones de euros, un aumento sustancial respecto a 2007, que fue de 25 millones. Esto supone que el municipio ha pasado de destinar un 4,44% del presupuesto total en 2007 a un 7,46% en 2011, o lo que es lo mismo hemos pasado de destinar 48,69 euros por zaragozano a 71,96 euros en 2011.

El balance es positivo pero, la situación de crisis extrema ha desequilibrado esta tendencia. Las necesidades y las demandas se incrementan más que nuestros recursos económicos, y es necesario plantearnos mejorar la organización de nuestros recursos y su gestión, a la vez que necesitamos un acuerdo de ciudad que nos permita atender mejor la demanda.

Reconocemos, por tanto, la importancia del Gobierno de Aragón en relación a nuestro planteamiento. El ayuntamiento ha participado activamente en el diseño del Documento de Bases para una Estrategia de Inclusión Social de Aragón y en el Primer Plan Estratégico de Servicios Sociales de Aragón 2012-2015.

En esta actitud colaboradora es preciso que consideremos este plan como marco en el que debemos insertar el Plan Director Estratégico de Servicios Sociales de Zaragoza, por ser un instrumento útil y consecuente. Es prioritario que la cooperación interadministrativa sea real, eficaz y acorde con las necesidades y la situación.

Pero, ¿cómo se puede defender esta premisa si las previsiones actuales del Gobierno de Aragón se centran en la reducción drástica en las políticas sociales de su competencia? Esta postura perjudica seriamente a la ciudadanía más necesitada y deja al ayuntamiento en situación terriblemente difícil, sin apenas margen de maniobra para dar respuestas.

Es el momento de establecer una relación de confianza y cooperación permanente; es una responsabilidad que no podemos eludir. Zaragoza representa más de la mitad de la población aragonesa y alrededor del 70% de las prestaciones sociales de la comunidad.

También es el momento adecuado para generar un nuevo modelo de gestión, un Pacto Social de Ciudad: por necesidad, por oportunidad y por creencia en que la ciudadanía organizada debe tener un mayor papel en lo público.

Desde el ayuntamiento, planteamos un nuevo modelo relacional y político, y esto supone un nuevo modelo de gobernanza con unas políticas públicas coherentes con la situación y las necesidades. Esta iniciativa conlleva evaluar el capital social de la ciudad, la mejora de los modelos políticos, la representación y la corresponsabilidad, un replanteamiento de las estructuras de poder y la confianza en los agentes y los marcos relacionales.

Todos somos responsables de ofrecer a los ciudadanos una política social de calidad y eficaz, dentro de un horizonte social y político en el que las dos bases reales de desarrollo son las experiencias del Estado del bienestar y la profundización democrática orientada a una verdadera gobernanza.