"Rajoy no da señales de vida inteligente". Menudo piquito, el de la nueva cara bonita del PSOE, Pedro Sánchez. Y eso que está por ver si el traje que le ha tocado vestir está a su medida o le viene grande. No obstante, estoy con él en el hecho de que nuestro presidente no ha estado a la altura. Ha respondido tarde, mal o nunca a los embistes de todo tipo que hubieran requerido nuevos caminos y fórmulas, que algunos de los suyos ya han reclamado a Miss Cospedal, a Rudi y a Beamonte, aunque la respuesta por su parte haya sido esa de "a palabras necias, oídos sordos". Triste y lamentable, esa callada por respuesta que han obtenido algunos exconcejales populares como Buesa, Melendo o Calvo, entre otros, al solicitar más transparencia y un cambio radical que se concrete en la elaboración de primarias. Miren a su alrededor. ¿Qué están haciendo los otros? Renovarse o morir, diciendo adiós a los históricos y dando paso a las nuevas generaciones políticas, mejor cualificadas profesionalmente y con interesantes competencias en comunicación, y sobre todo, capacitados para competir con el gran agitador de conciencias de la nueva era Podemos, Pablo Iglesias: Fíjense en IU, adiós a Cayo Lara, y un pronto hola a Alberto Garzón. En Aragón, está por ver qué pasará en el PAR. ¿Triunfará Allué, de los pocos que en ese partido pretende un cambio de 180° y busca "respuestas humanas" que conecten con la calle? Ojalá. Hoy más que nunca, necesitamos de ese tipo de rasmia política. Periodista y profesora de universidad