Si algo caracteriza al Gobierno de los populares es su gran habilidad para diseñar la agenda política. Obviamente, quien detenta el poder tiene gran ventaja para hacerlo, lo que no es óbice para que también la oposición puede intervenir en ella presentando propuestas. Mas, es claro que quien establece el qué, el cuándo y el cómo es el Gobierno. En esta tarea cuenta con el apoyo de una gran mayoría de los grandes medios de comunicación públicos y privados. Veámoslo. Este verano ha desaparecido del panorama informativo el caso Gürtel y de Bárcenas ya nadie habló. Los temas de corrupción que han prevalecido, eclipsando al anterior, han sido el del molt honorable Jordi Pujol y los Eres y cursos de formación de Andalucía. Vaya bombardeo.

En cuanto a la crisis económica, además de haber sido causada exclusivamente por los socialistas, ya casi ha desaparecido, y, como siempre, han tenido que venir los populares para arreglar el desaguisado. Es cierto que ya estamos creciendo, que la prima de riesgo evoluciona positivamente, y que se crea empleo, en agosto ya no, aunque en un gran porcentaje precario. Mas también es cierto que la deuda pública supera el billón de euros, el 98,9% del PIB; las cifras de paro siguen casi igual, los salarios cada vez más bajos, el ataque brutal al Estado de bienestar continúa, muchas familias sin ninguno de sus miembros con trabajo... Y de estas cuestiones no se habla. Los populares son muy listos, es innegable.

E incluso, cuando algún tema lo plantea la oposición, los populares tienen la extraordinaria habilidad de hacerlo suyo, si les sirve a sus intereses electorales. Así está ocurriendo con la regeneración democrática. Para los populares hasta hace poco en su agenda no existía tal cuestión. Mas el inevitable conocimiento de la corrupción en todos los partidos políticos, además de otras razones, ha hecho inevitable la necesidad imperiosa de la regeneración. Pero he aquí, que a la hora de regenerar ellos son los primeros. Y nos venden un conjunto de propuestas, que en su mayoría no tienen nada que ver con la susodicha regeneración. Muy al contrario.

Una de ellas es la reforma electoral en el ámbito municipal para cambiar la forma de elección de los alcaldes y, además, planea hacerlo en un tiempo récord, a solo 9 meses de las elecciones municipales. La reforma consiste en que gobernara el partido o lista más votada, si alcanza el 40% y con una diferencia del 5% con la siguiente; también se habla de una segunda vuelta, lo que obligaría a obtener una prima de concejales para gobernar. No solo supone un cambio en las reglas del juego a mitad de la partida, sino que además transforma la idea de democracia en el ámbito local. Hasta ahora en nuestros ayuntamientos primaba la idea de representación, según el sistema electoral utilizado (circunscripción única en el espacio municipal con reparto de concejales usando la fórmula d'Hondt) se pretende que el pleno de un municipio sea un aproximado reflejo de las opiniones de sus vecinos, poniendo especial énfasis en la representatividad, mediante un sistema proporcional, aunque este sistema tiene unas claras deficiencias, que deberían ser corregidas por los expertos en sistemas electorales. Podemos constatarlo en los resultados de las últimas elecciones municipales del 2011 en la ciudad de Zaragoza El PP con el 41% de los votos, obtuvo 15 concejalías, cada una necesitó 8.756 votos. De estar vigente la reforma del PP hubiera alcanzado la alcaldía. El PSOE respectivamente con el 27,14%, 10, 8.639. CHA con el 9,24%, 3, 9.800. IU con el 7,92%, 3, 8.398. En cambio, el PAR con el 4,54% de los votos y 14.445 votantes no tuvo representación. Ni tampoco UPyD con el 3,58% y 11.401.

La reforma electoral del PP, que supone la implantación de hecho de un modelo mayoritario, con la prima de concejales concedida a la lista más votada, iría en detrimento de la representación de los grupos minoritarios, y por supuesto, del pluralismo político.

No creo sea necesario insistir en las razones espurias que hay detrás de esta reforma electoral del PP, que si la plantea es porque piensa beneficiarse de ella, tratando de mantener determinadas alcaldías o ganar otras que según las encuestas no conseguiría con la legislación actual.

Termino con las palabras de grandes expertos del ámbito del Derecho Constitucional y de Filosofía del Derecho. Luigi Ferrajoli: "Si queremos que se garantice la igualdad de los ciudadanos en los derechos políticos de voto y que para ello las elecciones políticas realicen su función, que es esencialmente la de producir instituciones representativas no solo de mayorías más o menos ficticias sino de todo el electorado, debemos reconocer que el sistema más eficaz para tal fin es el parlamentarismo basado en el método proporcional y, bajo esa fórmula serían aseguradas la eficiencia y la representatividad". Y Hans Kelsen: "El sistema de representación proporcional es la aproximación más grande posible al ideal de autodeterminación dentro de una democracia representativa y, por tanto, el más democrático de los sistemas electorales".

Como conclusión, de regeneración, nada; en todo caso, degeneración.

Profesor de instituto