El esperpéntico final de partido del Real Zaragoza ante el filial del Sevilla ha sido el detonante. Ayer, apenas 24 horas después de semejante ridículo, los dirigentes del club se reunían en la Ciudad Deportiva y a primeras horas de la noche se emitía el comunicado que confirmaba la decisión: el despido de Raúl Agné como entrenador del primer equipo y el nombramiento de César Láinez, como responsable de la plantilla a partir de ahora. El de Mequinenza no tenía solución, incapaz de cambiar la dinámica de un equipo que se hundía sin remedio. A Láinez, hasta ahora al frente del filial, le queda por delante un reto enorme: mover al equipo y cargarlo de actitud para enfrentarse a un final de liga por decidir.