La reforma de los antiguos depósitos de Pignatelli de Zaragoza, junto al parque homónimo, saldrá adelante con la enajenación de parte de los suelos para viviendas. La operación no será excesivamente especulativa, pero sí satisfará gran parte de los costes de la recuperación del emblemático espacio. Le ha costado dos años, pero una vez que el alcalde Santisteve, parece convencido de que no va a inventar la pólvora, la gestión urbanística vuelve a la ciudad con una decisión que moderniza y sanea la ciudad consolidada con costes comedidos y tasadas afecciones sociales.