La cumbre informal de François Hollande, Angela Merkel y Matteo Renzi frente a la isla de Ventotene con visita, aunque muy breve, a este peñasco en el mar Tirreno tiene un alto valor simbólico en un momento en que la Unión Europea vive inmersa en varias crisis que amenazan su futuro. Durante los años del fascismo italiano, Ventotene fue lugar de destierro, y allí dos notorios opositores, Ernesto Rossi y Altiero Spinelli, escribieron lo que sería una de las bases de la futura UE. En 1941, en plena segunda guerra mundial, ambos políticos entendieron que la salvación de una Europa que reproducía conflictos bélicos con una periodicidad alarmante pasaba por la creación de una federación de Estados europeos. Su pensamiento quedó reflejado en el documento Por una Europa libre y unida. El espíritu y muchas de las ideas expuestas en este manifiesto fueron recogidas al final de aquella guerra por Robert Schumann y Jean Monnet, entre otros, para crear la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, el embrión de lo que acabaría siendo la UE.

Ahora Europa no arde como en 1941, pero muchos de los valores fundacionales están desapareciendo arrastrados por la interrelación de la crisis económica y la bélica que se desarrolla imparable a las puertas de Europa. El ascenso del populismo en casi todos los países europeos con el cierre de fronteras tanto reales como metafóricas, el reto que supone afrontar el insólito proceso de salida del Reino Unido, los problemas de seguridad que plantea el yihadismo en nuestras ciudades, las serias consecuencias para los ciudadanos que suponen las políticas de austeridad, y la impotencia europea ante la gravísima crisis migratoria son cuestiones que están erosionando la idea de Europa.

Por ello, la reunión de Ventotene es el marco adecuado desde el que relanzar la integración europea. No se trata de una cita decisoria, pero sí es la ocasión para buscar zonas de entendimiento de los tres países acerca de las cuestiones citadas y crear un núcleo duro de defensa de los principios que habían hecho grande la UE. Esta postura común es necesaria ante la cumbre europea del próximo mes en Bratislava, en la que se debatirá cómo plantear el futuro de la integración europea tras el brexit (una salida que, por cierto, nadie sabe cómo afrontar). Por ello, el espíritu de Ventotene es hoy tan necesario.