Su actuación con las sociedades municipales ha sido el detonante para que, ayer, Pedro Santisteve se convirtiera en el primer alcalde de Zaragoza que sufre una reprobación. Y no por escaso margen, 22 concejales, frente a los nueve de ZeC que le acompañan en el equipo de Gobierno. Un pleno lleno de reproches entre ambas posiciones que volvió a evidenciar la distancia y la escasa sintonía que comparten, especialmente, las fuerzas de izquierda en el consistorio. Aunque la reprobación no tiene una aplicación práctica, representa un golpe político. Y como tal debe ser asumido.