Lo de menos son las cifras. Que los sindicatos hablen de 3.000 personas y la policía de 750, el hecho, puro y duro, está ahí: los trabajadores no se han movilizado el día Primero de Mayo, fecha histórica para la reivindicación y la lucha. Nadie podría imaginarse que en este Aragón de nuestras cuitas hay casi 100.000 parados. ¿Dónde estaban estas gentes? ¿Dónde los miles y miles de funcionarios que todavía esperan el pago de los dineros que se les robaron en 2012? ¿Dónde esos jóvenes que tanto añoran ingresar en el mercado laboral? La cosa se las trae. Pero tranquilos, porque quien si estaba era el presidente del gobierno aragonés, Javier Lambán (faltó su consejero de Hacienda, Gimeno,) y algunos representantes más del PSOE, IUy CHA, ese cogollo de buenas gentes que nos están gobernando con cariño y poniendo todos los huevos en la cesta del progreso y la igualdad. Aramón, Mortorland, GM y los eres permanentes, la omnipresencia de una entidad bancaria al servicio del ladrilleo y la casta local, las distintas sociedades públicas... Los sindicatos clamaban por un plan de choque por el empleo. Correcto. Pero ¿por qué los trabajadores no estaban en la calle bramando contra unas políticas deleznables? ¿Por qué los sindicatos han perdido su anterior poder de convocatoria? Bueno es que comiencen a hablar de una huelga general pero lo triste es que por sus postureos, silencios y complicidades acaso no puedan contar con los mimbres necesarios para tal empeño. O se gana la calle, día a día, o el silencio de los corderos. Profesor de universidad