Manuel Pina, elegido nuevo líder de Comisiones Obreras Aragón en sustitución de Julián Buey, tiene magros retos por delante. En una etapa de debilitamiento público de los sindicatos, el primero, y más obvio, reivindicar el papel de las centrales en la negociación colectiva y su proyección en la sociedad. Y el segundo, más sútil pero no menos importante, descubrir las nuevas necesidades en una sociedad del trabajo cambiante, en la que se han instalado la eventualidad, la temporalidad, y la denominada uberización del empleo. Necesitará fuerza, sagacidad y apoyo de la organización.