El duro auto del juez contra el concejal Alberto Cubero por dejación de funciones en el control de las carpas festivas, en una de las cuales se produjo un herido grave por deficiencias de montaje, causó ayer una cascada de reacciones en el ayuntamiento, con petición de cese incluida. Probablemente sea cierto el argumento esgrimido por Cubero de que un edil no está para inspeccionar tornillos, pero no es menos cierto que cuando un edil eleva una autorización lo hace porque hay un procedimiento y un equipo detrás que garantizan que aquello que se certifica se ajusta a la norma.