Rivera va a por todas. La riveralización, el nuevo movimiento político liderado por el líder de C's llega con la fuerza de un ciclón y con perfil internacional (rasgo interesante donde los haya). Objetivo: un cambio a mejor en España, con nuevas propuestas y equipos en las estructuras de gobierno para que el país se levante. Y ello, como el ciudadano mayor expone en sus manifiestos, implica evitar "copiar los ejemplos de los peores países del mundo como Grecia o Venezuela", a los que tanto fervor profesan los podemitas. Pero, sobre todo, exige respeto y compromiso con la ciudadanía, dejar de practicar lo que a su juicio es el principal cometido de Iglesias y los suyos: "jugar con el dolor" de la gente afectada por la crisis económica, "vendiendo humo, proponiendo cambios que serían a peor" porque no buscan beneficiar a la sociedad sino "cambios que pasen por su silla". Razón no le falta al naranjita al afirmar con rotundidad que Iglesias necesita a Rajoy por aquello de que "si viene un gobierno nuevo, con gente joven, ambiciosa, con ganas de cambiar las cosas, el vendedor de humo ya no vendería humo". Lo que sí está claro es que si alguien tiene la responsabilidad de ir a una segunda vuelta de votaciones son estos dos extremos que tanto se atraen-repelen, pero que han imposibilitado un acuerdo de gobierno, y que como apunta el precursor de la riveralización, "han preferido decir a los españoles, ¿a qué no tenéis narices de volver a votar lo mismo?". En fin, tocará actuar en consecuencia.

Periodista y profesora de universidad