Como ustedes saben, William Shakespeare dejó tras de sí numerosos enigmas, y tal vez determinadas claves ocultas en su obra. Una supuesta aplicación del formato psicológico de sus personajes a las futuras técnicas de la psiquiatría forense ha permitido a José Carlos Somoza especular sobre los deseos y comportamientos, sobre el behaviorismo humano en su novela El cebo, un prodigio de originalidad y talento literario, que se lee como un thriller o novela policial pero que es más, mucho más. Somoza continuó su jornada en la Feria del Libro de Zaragoza participando en un encuentro fantástico, Viajeros en el tiempo, con Fernando Marías, Félix J.Palma y Patricia Esteban Erlés.

Chile, país que este año ha acercado su orilla literaria a la ribera del Ebro, nos mostró la potencia de sus nuevos creadores poéticos en las voces de Juan Soros, Andrés Fisher, Eduardo Fariña y Julio Espinosa, acompañados a la guitarra por las voces de Patricio Pérez y Nahuel Carlos Porcel de Peralta. El homenaje al gran Rolando Mix, que vivió, soñó, escribió y murió en Zaragoza puso la nota emotiva y nostálgica. Carlos Franz por su parte, discípulo de José Donoso, pondría la nota teórica con su brillante disertación sobre "Chile: terremotos literarios" y Magdalena Lasala y Gabriel Sopeña cerrarían vistosamente el ciclo andino con un recital poético--musical sobre los versos y la figura de Pablo Neruda.

Otros autores que, a lo largo del fin de semana, triunfaron en una Feria abarrotada de público, con la Carpa de Actos hasta la bandera y un muy aceptable ritmo de ventas en las casetas, fueron Teresa Viejo (La memoria del agua), Mercedes Castro (Mantis) Alberto Granados (Leyendas urbanas ilustradas), Lorenzo Mediano (El escriba de barro), León Arsenal (Luz de Egipto) o el ya mencionado Carlos Franz con La prisionera, un prodigioso libro de relatos, digno sucesor de El desierto.

Esta tarde, los lectores podrán disfrutar de la presencia de Cristina Sánchez--Andrade, autora de una de las mejores novelas históricas de la temporada, Los escarpines de Cristina de Noruega, una intriga perfectamente documentada sobre la reina Berenguela y sus desvelos para enderezar el matrimonio y la corte de su nieto Alfonso X.

Son días para adentrarnos en el mundo de la ficción literaria, bastante más confortable que la realidad de novela negra que toca vivir.