Parece que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, le ha cogido especial cariño a Zaragoza. O eso o es que cree que puede ser una plaza recuperable para los socialistas, a pesar de que las encuestas dicen lo contrario. En cualquier caso. Sánchez volvió ayer a la capital aragonesas donde clausuró la convención realizada por los socialistas aragoneses. Lo cierto es que el líder del PSOE pocas, por no decir ninguna, novedades anunció. Dijo que bajará los impuestos a la clase media y que se lo subirá a los ricos, cual Robin Hood. Sí fue directo en las críticas a Luisa Fernanda Rudi de la que llegó a afirma que hace "una política de moqueta" y se mostró convencido de que Javier Lambán, el candidato del PSOE, lidera el cambio que Aragón necesita para desterrar la política de recortes que ha dilapidado la "herencia dejada por Marcelino Iglesias".