Más allá de la pugna política escenificada ayer en las Cortes entre el presidente aragonés, Javier Lambán, y el líder de Podemos, Pablo Echenique, sobre el control de las irregularidades detectadas en la empresa pública Sarga, el objetivo debería enfocarse a evitar que se puedan producir a futuro. La exigencia de unos mecanismos preventivos de control que impidieran esas prácticas sería más operativo. La transparencia evita muchas suspicacias.