No sé que pasará hoy en Ferraz. Los agoreros incluso vaticinan alguna bronca guapa si las sufridas bases pierden los nervios, que para todo tienen. El golpe contra Pedro Sánchez parece haber fracasado (salvo que se repita en el comité federal), y cuando un golpe fracasa pero sus autores mantienen fuerza suficiente, lo que viene a continuación es una guerra civil. De todas formas, gane quien gane esta pugna insensata, el PSOE ya no será ni lo que fue antes del 2008 ni lo que era hasta hace poco, lo cual no es una buena noticia para nadie. Lamentable.

El enfrentamiento abierto entre socialistas se veía venir, pero nadie pensó que acabaría en este inaudito akelarre. La versión susanista pretende, mediante sugerencias y alusiones, culpar de lo que pasa al PP y a Podemos (asociados en algún tipo de oscura maniobra). Pero no es así. El principal problema del PSOE es... el PSOE. ¿Cómo puede una organización seria exhibir de esta manera sus miserias? ¿En qué pensaban los amotinados cuando optaron por devaluar de tal manera la figura del secretario general del partido?

Ahora solo falta que la posesión de la marca PSOE y el control de su dirección federal tengan que ser decididos por los jueces. ¿No apuntan en esa dirección las constantes referencias a la norma y la ley que hacen los adversarios de Sánchez? La judicialización sería cosa de locos. Pero tras el sonoro golpe de mano en la Ejecutiva y lo que ha venido luego, cualquier cosa es posible.

Llevo un tiempo augurando muy malos tiempos para las izquierdas. Demasiado divididas, demasiado enfrentadas entre sí, carentes (y eso es lo peor) de alternativas creíbles al nuevo modelo de sociedad distópica. Mientras, la derecha aparece más compacta y con las ideas mucho más claras. Por eso Mariano Rajoy ha podido recuperarse de la derrota del 20-D y garantizarse una tercera oportunidad tras su insuficiente recuperación el 26-J. Avanza a trompicones, pero sabe a dónde va. A él, por cierto, no le ha tosido ni uno de los suyos. La figura del presidente del PP, ¡ah!, es intocable. H