La mina de silicio y caolín de Riodeva, un pequeño municipio de Teruel, va camino de su cierre y esto aboca al pueblo a su desaparición, ya que es la única fuente de ingreso de los 140 habitantes. La crisis del sector energético, la falta de inversiones por parte de la empresa belga, a pesar de todo el apoyo recibido por el ayuntamiento, e incluso su falta de negociación en busca de posibles compradores, ya que la mina nunca ha tenido pérdidas, va camino de hundir a otro pueblo más de Aragón. La comunidad debe plantearse seriamente alternativas para la minería. Hace ya años que se habla de su desaparición, pero esta lenta agonía debería facilitar unas alternativas que, de momento, siguen siendo escasas.