Sensibilización de los conductores y mano dura en la aplicación de las normas son los dos ejes de las reclamaciones de los ciclistas aragoneses que, sobre todo en fin de semana, toman las carreteras secundarias de la comunidad. La protesta celebrada el domingo en Zaragoza puso de manifiesto que sin ese compromiso será difícil invertir unos datos realmente preocupantes. No en vano, en los últimos dos años han muerto atropellados cuatro ciclistas en las vías de la comunidad. Las instituciones públicas deben poner este problema social a la altura de otros que protagonizan campañas de concienciación. El uso recreativo seguro de las carreteras es tan respetable como otros asuntos de la agenda aragonesa.